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Presbicia: mecanismos, diagnóstico y tratamiento

La presbicia, también conocida como vista cansada, es una condición ocular común que afecta a personas mayores de 40 años, caracterizada por la pérdida gradual de la capacidad de enfocar objetos cercanos. Este fenómeno se debe principalmente a cambios en la estructura y la función del cristalino y otros componentes del sistema visual. A medida que la población mundial envejece, la presbicia se convierte en un problema de salud pública cada vez más relevante. Este artículo revisa los mecanismos subyacentes, los métodos de diagnóstico y las opciones de tratamiento disponibles para la presbicia.

Mecanismos fisiopatológicos

La presbicia es el resultado de la pérdida de elasticidad del cristalino y la disminución de la capacidad de acomodación del ojo. El cristalino, una lente transparente ubicada detrás del iris, cambia de forma para enfocar objetos cercanos mediante un proceso conocido como acomodación. Con el envejecimiento, las proteínas en el cristalino se vuelven menos flexibles y el músculo ciliar que controla su forma se debilita, lo que dificulta el enfoque en objetos cercanos.

Además de los cambios en el cristalino, otros factores pueden contribuir a la presbicia, incluida la disminución en la producción de lágrimas y la reducción del grosor y la elasticidad de la córnea. Estos cambios estructurales y funcionales en el sistema visual dan como resultado una disminución gradual en la capacidad de ver con claridad objetos cercanos.

Diagnóstico

Además de la evaluación clínica, existen instrumentos especializados, como el oftalmoscopio, la refractometría y la tonometría, que pueden ayudar en el diagnóstico preciso de la presbicia y en la determinación de la corrección óptica adecuada.

Tratamiento y manejo

El tratamiento de la presbicia se basa en la corrección óptica y en la mejora de la capacidad de enfoque en objetos cercanos. Las opciones de tratamiento incluyen:

  1. Lentes correctivos: Los lentes oftálmicos, como las gafas bifocales, trifocales o progresivas, son opciones comunes para corregir la presbicia. Estos lentes están diseñados para proporcionar diferentes áreas de enfoque para la visión de cerca, intermedia y lejana.
  2. Lentes de contacto: Se pueden prescribir lentes de contacto multifocales o monovisión para corregir la presbicia. La monovisión implica el uso de un lente de contacto para la visión de cerca en un ojo y un lente para la visión de lejos en el otro, mientras que los lentes multifocales tienen diferentes zonas de enfoque para la visión de cerca y lejos en cada lente.
  3. Procedimientos quirúrgicos: En casos seleccionados, la cirugía refractiva, como la queratoplastia conductiva o la cirugía de reemplazo del cristalino, puede ser una opción para corregir la presbicia. Estos procedimientos pueden restaurar la capacidad de acomodación del ojo y reducir la dependencia de lentes correctivos.

La presbicia es una condición ocular común que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente a medida que envejecen. Aunque no se puede prevenir, su impacto en la calidad de vida puede mitigarse mediante opciones de tratamiento efectivas, que van desde el uso de lentes correctivos hasta procedimientos quirúrgicos. El diagnóstico temprano y el manejo adecuado de la presbicia son fundamentales para preservar la función visual y mejorar la salud ocular en la población envejecida.

 

 

Artículo escrito por Miriam Quirós